Nuestra aportación en este capítulo se va a centrar en cómo el aprendizaje cooperativo,
cuando se desarrolla atendiendo a unos determinados principios, criterios
y orientaciones como los que propone el programa Cooperar para Aprender/
Aprender a Cooperar, que hemos venido desarrollando en diferentes proyectos de
investigación ...»»»»
Nuestra aportación en este capítulo se va a centrar en cómo el aprendizaje cooperativo,
cuando se desarrolla atendiendo a unos determinados principios, criterios
y orientaciones como los que propone el programa Cooperar para Aprender/
Aprender a Cooperar, que hemos venido desarrollando en diferentes proyectos de
investigación desde 2006 (Pujolàs, 2008; Pujolàs, Lago y Naranjo, 2013), puede
contribuir al desarrollo de la cohesión de los grupos-clases y de los equipos
cooperativos, a la inclusión de todos los participantes en un grupo humano y a
generar procesos de aprendizaje equitativos, en los cuales todos los que participen
aprendan más que si trabajasen de manera individual. En nuestra propuesta,
entendemos la inclusión como participación y aprendizaje de aquellos alumnos en
riesgo de exclusión porque encuentran más barreras para el aprendizaje (Stainback
y Stainback, 1999; Porter, 2001; Pujolàs, 2003) y como procesos de aprendizaje
equitativos que permiten aprender tanto a los alumnos más competentes como a los
que tienen más dificultades para participar (Ainscow, 2001; Slee, 2012).^^^^